domingo, 12 de enero de 2014

(El cielo ayer, antes de anochecer, en Las Inviernas. Ya se atisban algunas estrellas entre las incombustibles nubes)

No ven el mismo amanecer el que trasnocha y el que madruga.
Ni están en el mismo día ni pueden hablar de ello; se cruzan dos tiempos distintos. Hasta que uno rinde su deuda al sueño, pierde parte de su vida y se somete.

7 comentarios:

samsa777 dijo...

Qué hermosura (también la foto).

Anaís dijo...

Coincido con samsa: Qué bella tu reflexión y qué bella imagen; el cielo parece un campo arado.

Vía Morouzos dijo...

Me encanta el texto, Amparo. El cierre es tan contundente como ese cielo. Después de esa variabilidad de lecturas, lo sí o sí de ese cierre de párpados me resulta genial en su certeza. ¡Bravo!

rubén dijo...

Cielo aborregado, que le dicen.

Anónimo dijo...

A mi siempre me pareción tan poético como descriptivo eso de Las Inviernas.

Vía Morouzos dijo...

PD: Te dejo la nueva dirección de un blog que llevaré en paralelo al de Luz Caroba: http://clothobobardi.wordpress.com/ ¡¡BesOs!!

grande dijo...

graNd3