domingo, 28 de agosto de 2022

He estado leyendo una novela de vampiros, pero tradicional, vamos, de Stephen King, porque siempre viene bien en verano dar un repaso, visitar y airear los sótanos. Aunque SK tardó bastantes páginas en darse cuenta, coincidimos en la solución final (no era tan difícil). Cuando algo se complica mucho hay que actuar con más celeridad. Pero esos pueblos que pinta SK son así, lentos, poco avispados. Siguen funcionando con aparente normalidad, mirando hacia otro lado, mientras los vampiros campan a sus anchas infectando sigilosamente a todos los ciudadanos, incluso a los más inteligentes. Ya solo ese escenario de dejadez da miedo en sus novelas. 

Las calles de por aquí están empezando a parecerse un poco a esos pueblos. Hacía semanas que no caminaba por algunas de ellas y cuando vuelvo me encuentro que han levantado un mamotreto de enormes paneles blancos en cuatro días (una empresa de alimentación, origen alemán), y unas calles más allá, en un bonito solar rodeado de olivos, han colocado (construir no es la palabra) un barracón (es un barracón) en el centro, previa tala de los árboles que había en la parcela, con un vivo rótulo que indica algo sobre el pollo al estilo de Louisiana. 

Cada vez nos acercamos más a la consunción, sin necesidad de sótanos ni de vampiros de libro. Asolamos impunemente nuestros alrededores para comer pollo de Louisiana o plantar grandes hipermercados que aseguren que no nos falte de nada, sea lo que sea la tontería que se nos antoje. Incontables negocios para que no podamos escapar, repetidos una calle tras otra, con sus colores estridentes y sus puertas siempre abiertas. 

Ya han huido los pájaros y ya empieza a oler mal. Los vampiros, pensé, ese olor indescriptible que comenta S.K que es como el primer aviso de la imparable ruina. Y la gente sigue igual que siempre, como si no pasara nada.

Estoy pensando en una de esas ideas buenas que me ha dado Stephen, porque esto cada vez se parece más a uno de esos pueblos, pero a lo bestia.

Banda sonora


jueves, 28 de julio de 2022

 Me dijo: No es que la realidad me parezca extraña y por eso escriba, sino que, al contrario, escribo, escribo mucho, tal vez demasiado, con intensidad, y cuando salgo de aquí y me enfrento a lo real, me sorprendo: todo me parece de lo más extraño. Quiero decir, lo simple, lo de todos los días, me parece increíblemente ajeno (estar en la cola de una tienda esperando, hacer una visita médica, salir a caminar por una calle, incluso comer), como si fuera imposible que yo estuviera haciendo eso, que fuera yo el protagonista, el que se mueve, come, espera. ¿Qué hago yo aquí?, me pregunto entonces, y he llegado a estar convencido de que, verdaderamente, ese no soy yo. Yo solo soy un mero espectador que veo una película rara donde alguien parecido a mí hace cosas que no comprendo. A salvo estoy solo cuando escribo, qué familiar y creíble resulta todo.

martes, 5 de julio de 2022

jueves, 16 de junio de 2022

Disfrutamos en Vitoria del cine, de la literatura y de la gente. Pájaros. Dos autillos en el parque por la noche intercambiando la misma sílaba. Salburua (verde y sol y cigüeñas y somormujos). Las calles llenas. Y tuvimos la suerte de poder ver, oír, sentir (en un teatro como una cápsula sentimental del tiempo) la magnífica interpretación de Iker Ortiz de Zárate (Ortzai) en su De profundis. Insuperable, inolvidable. Un regalazo.

domingo, 22 de mayo de 2022

he leído en las últimas semanas Cómo guardar ceniza en el pecho, de Miren Agur Meabe, premio nacional de poesía 2021, y durante días estuve parada en el principio, en el poema El método, que es como un gran recibimiento en el jardín de la entrada (hay libros que exigen un trayecto prolongado, otros que se ponen mustios enseguida, libros molestos junto a los que no puedes respirar, y libros como este, que te reciben con la música que precede a una gran fiesta

deslumbra este poema y me hubiera quedado en él, sin entrar, dando vueltas, sin necesidad de más

el poema puede leerse aquí


miércoles, 4 de mayo de 2022

miércoles, 2 de marzo de 2022

Rigor vitae

 Hace unas semanas murió Ángel Guinda, enorme poeta al que me acerqué un poco tarde, pero a tiempo de leer y asombrarme con su poesía, que considero ya imprescindible. Lo primero que leí fue Rigor vitae, dos veces, en unas vacaciones en la isla de La Palma. Bien pensado, es un decorado ideal para leer su poesía, volcánica, nada complaciente, incendiaria (fuego, viento y tierra negra). Volveré a leer el libro estos días. (Cada relectura de un libro de poemas siempre suele traer el descubrimiento de un placer mayor, al contrario de lo que pasa con la prosa, que con cada lectura uno ve más lo defectuoso).

En antorchas de gas arde la Historia:


(y arde, también, tu palabra)

miércoles, 26 de enero de 2022

Gala Ecologistas en Acción Guadalajara

Será el próximo viernes 28 a las 7 de la tarde, en el canal de Youtube de Ecologistas Gu  Entradas simbólicas y solidarias cuya recaudación se destinará a Benawara, Protectora de animales y plantas de la isla de La Palma (@benawara.mianimigu / @benawara_2018)

viernes, 14 de enero de 2022

Aves a las que nadie les escribe un poema

 El Alzacola rojizo se proclama ave del año según SEO.

Una especie en peligro, migratoria, ligada al cultivo de la vid, el olivo, los frutales de secano, y de discreta belleza. 


jueves, 6 de enero de 2022

Volvería a leer La escritura indómita, Los galgos, los galgos, Felizidad, El maestro y Margarita, Tres mujeres, Mejillones para cenar, La oscuridad intacta, Algo elemental y No, de entre los libros leídos este año. Pero me digo: sigue leyendo y no mires atrás. Es difícil, como en el cine, no pensar cada día en algunas de estas historias (que ya son imágenes fijas, mías).

martes, 21 de diciembre de 2021

Libro rojo de las aves 2021

 La Sociedad Española de Ornitología (SEO) acaba de publicar el Libro rojo de las aves, junto con una lista donde se recoge el estado actual de la avifauna española. Más de ciento cincuenta especialistas analizan las principales amenazas y las recomendaciones para su conservación. Se puede descargar en pdf, aquí: LIBRO ROJO

Un cuento crece alrededor de un punto oscuro que no hay que tocar.