Leo una de esas novelas de rabiosa actualidad que me deja impasible. Busco rápidamente algo más nutritivo. Lo encuentro en El mundo visto a los ochenta años, de Ramón y Cajal (y me sorprendo). Siempre me desvío cuanto puedo de esa modernez insípida que no deja rastro en el vaso, rastro de nada. Leo a Julia Uceda y pido para ella el próximo Cervantes; ineludible. Escucho a Los hermanos Cubero y Rocío Márquez Canción para un final, canción para un principio. Veo Luces de la ciudad y, de ahí, me voy a La violetera, que ya es tiempo.
Esas cosas que nunca defraudan ni dejan impasible. Qué mal, en arte, dejar impasible a quien lee, escucha, contempla.
2 comentarios:
Cómo canta Rocio! A los hermanos no los conocía, gracias por el descubrimiento.
Qué nutritiva y estimulante entrada: estas son las imprescindibles, las que te dejan de todo menos impasible.
¡Abrazo!
Publicar un comentario