domingo, 8 de marzo de 2015

Tirar un puñado de tierra al agua y que flote sólo lo que tenga que salvarse.

Poetas confesionales: ¿Los hay que no lo sean?
La vida de algunos supera a su obra. O bien, su obra no es más que una mala copia de su vida.
Gente que cansa, que te contagia su mal.
Huir de los excesos. 
No sé por qué imaginé a esos monos que lanzan al agua un puñado de arena y esperan que lo malo se hunda y las semillas floten. 
Iba a elegir un poema suyo, pero no quiero escribir ninguno aquí.
Prefiero en este caso cualquier otro.
Por ejemplo, este de Menchu Gutiérrez:

¿CÓMO PEDIR...?
¿Cómo pedir
sin herirlas, 
trinos a las palomas?

Esta fotografía es del lugar donde nací. Me hace gracia que sea un sanatorio, como si hubiera que empezar la vida curándose.




3 comentarios:

Luz dijo...

Hace tiempo leí a Anne Sexton y vi este enlace que adjuntas... La parte que más me gustó fue el momento en el que suena la música, la parte final... "Es como cualquier cosa viva...", dice ella, y no puedo evitar enlazarlo directamente con la idea contraria que tan bien convive en el poema que eliges de Menchu Gutiérrez. ¡Es fantástico! Y, que de alguna forma, también surge en la imagen del lugar en el que abriste los ojos por primera vez a la Enfermedad que algún día tod@s abandonaremos... la Vida.. ¡Abrazos, Amparo!

grAnd3 dijo...

grand3

Amparo dijo...

Gracias a los dos.