Esta era una casa llena de poetas, cada uno a su aire, recitando en la escalera, en la cocina, en el balcón, en el sótano. Uno a uno se fueron muriendo y al final quedó el más débil, cuyo escondite se desconocía. La casa se derrumbó por completo y aún se le escuchaba cantar debajo de las piedras, como un grillo en verano, a pesar de la nieve y del olvido.
Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte...
Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.
Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.
Juan Luis Panero
4 comentarios:
GranDES
QuÉ
FAmiLia
Por CierTo, qu3 EstreNo BLOG
GranD3
Y por supuesto, recomendar el imprescindible "El desencanto"
Grandísimo: ya te sigo.
Claudio: claro. La volví a ver hace poco en la dos y fue como si la viera por primera vez. De otra manera. Qué cruda.
Arte poética
La larga, lenta lengua de la muerte
ha lamido la mano del que escribe,
lucidez o locura, nadie sabe:
sólo quedan palabras, palabras deshaciéndose.
Juan Luis Panero
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