domingo, 6 de marzo de 2016

Virtudes de los pájaros


El arrendajo hace esto: además de imitar voces de otros pájaros, esconde bellotas lejos del lugar donde las recolecta. Muchas bellotas. Y las guarda no solo para los tiempos de necesidad. Las guarda porque las guarda. Nunca se sabe. Lo hace lejos de donde las encontró, como si supiera que es mejor poner distancia entre dos lugares valiosos. Algunas de esas semillas, olvidadas, crecen después y se convierten en recios robles. Así que el arrendajo, con sus manías, crea bosques fantásticos en los que luego puede ocurrir de todo.
Muchos, sin embargo, hablan mal de él. Cualquier virtud puede ser una condena.

domingo, 28 de febrero de 2016

miércoles, 10 de febrero de 2016

domingo, 17 de enero de 2016

GRANDE, Carlos

El viernes le vimos en Diógenes. Presentó su libro y obligó a Francisco José Martínez Morán a limpiarle la fama. Dice que esta Tercera Fhase es su última aparición, pero quienes le conocemos bien sabemos que no es capaz. Tal vez tarde un poco, pero Carlos Grande no es uno de esos personajes comedidos que cuando dice no quiere decir no.
La sesión fue compartida con otra poeta, Sara R. Gallardo, cuyo libro Berlín no se acaba en un círculo, recomiendo para hacernos notar que respiramos.
Grande no ha cambiado; tal vez sea un poco más bestia que al principio, un poco más menuda basura es esto, pero se le identifica perfectamente desde el primer poema, cuando lanza a su abnegado lector todo tipo de imprecaciones hasta conseguir que la vergüenza aflore a sus mejillas y se espante al comprobar lo bien que le conocen. El TÚ de Grande es casi tan enorme como el YO.
Hay que leer su libro porque, sobre todo, es una monería, de esas cosas que puedes llevar en un bolsillo pequeño y atacar, si es necesario, en cualquier parte con él a los malos bichos. La estética muy conseguida, de ciudad cargante y adocenada; la foto del autor a media luz siniestra (que no quiero decir aquí a quién me recuerda), un detalle que dice mucho de quien escribe. Marta Muñoz Cuesta le hace un regalo con sus ilustraciones. Y no solo hay que tocarlo y verlo, también hay que leerlo. No dejará a nadie indiferente, seguro. Carlos Es, en el fondo, un filósofo rastrero que no se para en mediocridades.
Aquí incluyo dos fotos, mal hechas, de su portada y su dedicatoria, y un poema: Fortaleza, para muestra.
Cuando acabó todo, ÉL ya no estaba allí, pero nos vigilaba.


fORtALezA

Nunca te muestres débil.
Si alguna vez flaqueas,   


                  qué pensarán de ti los que te quieren.