Después de leer lo que me había perdido sin García Pavón, de quien solo recordaba Las hermanas coloradas, me apresuré a leer los Cuentos republicanos hace unas semanas. Más que cuentos, son estampas de un tiempo en el alambre, magistralmente escritos (escritura magistral quiere decir que te instalas allí quieras o no y que respiras y ves lo que el escritor quiere que veas y que respires). He guardado una original lista de palabras del vocabulario manchego, que jamás había oído, y dos expresiones que dejo aquí por su viveza: solespones y a manteles vacíos.
Sigo pensando que para disfrutar de algo bien escrito, muchas veces hay que ir hacia atrás.