jueves, 1 de enero de 2009

MADRIGUERAS

THEODORE EL POETA

De niño, Theodore, te pasabas las horas muertas sentado
a orillas del turbio Spoon,
con los ojos clavados en la entrada de la madriguera del cangrejo
esperando a que asomara y se arrastrara afuera,
primero sus antenas ondulantes como pajas de heno,
y enseguida su cuerpo color de jaboncillo,
adornado con ojos de azabache.
Y en éxtasis mental te preguntabas
qué sabía, qué deseaba y por qué vivía.
Pero más tarde tu vista se volvió a los hombres y mujeres
escondidos en las madrigueras del destino en medio de las grandes ciudades
y esperabas a que salieran sus almas
para ver
cómo vivían y para qué,
y por qué seguían arrastrándose tan afanosamente
por el arenoso camino donde falta el agua
al declinar el verano.

Edgar Lee Masters, Antología de Spoon River